¿Qué podemos hacer con las redes sociales de fallecidos?
Es un tema delicado, pero es una realidad: las personas fallecen y dejan muchas cosas tras de sí. En un momento de la historia en el que nuestra vida online es casi tan relevante como nuestra vida offline, muchos familiares se preguntan qué hacer con los perfiles en redes sociales de los que han pasado a mejor vida.
Lo cierto es que las redes sociales ya lo tienen cubierto y tienen disponibles formularios especiales para que los familiares notifiquen que quieren dar de baja un perfil.
En Facebook, si no tenemos la contraseña, la red social pone a disposición de los familiares un formulario en el que pueden solicitar el cierre del perfil. Solo hay que identificar la relación que tenemos con el fallecido y adjuntar documentación que nos identifique. Una vez enviado, Facebook se encarga de inhabilitar el perfil.
Lo mismo ocurre en Twitter, donde podemos rellenar otro formulario en el que podemos pedir la desactivación del perfil de alguien que ha fallecido. Como en el caso de Facebook, debemos indicar qué relación tenemos con la persona y adjuntar pruebas de nuestra identidad.
Prepararse para lo peor
Al ver que las redes sociales son un reflejo de nuestra vida diaria y, por tanto, una especie de añadido de la misma, los grandes se han adelantado a lo peor y ya ofrecen formas de asegurar qué pasará con nuestros perfiles cuando ya no estemos aquí para manejarlos.
Google ofrece un servicio de administrador de cuentas inactivas. Esta función nos permite designar un contacto de confianza al que le llegará una notificación si nuestra cuenta ha estado inactiva durante un tiempo. También se puede definir qué información queremos que el “heredero” pueda descargar para conservar. Esta descarga tiene una fecha límite, tras la cual la cuenta, y con ella los datos, son eliminados. Esta función no está pensada exclusivamente para fallecidos, pero sin duda es muy útil como seguro para nuestra información online.
En esta preparación para lo que viene después, Facebook ha dado un paso más y en febrero agregó la opción de designar un contacto que se encargará de nuestro perfil cuando ya no estemos. Esta persona podrá descargar fotos e información y el perfil se puede convertir en una cuenta conmemorativa.
Los amigos podrán publicar comentarios y recuerdos del fallecido, pero este perfil no aparecerá en sugerencias ni podrá aceptar solicitudes de amistad.
Dejando al margen lo delicado o incluso macabro de la situación, no parece una mala idea dejar atado nuestro futuro online. Escuchamos hablar de seguros de vida y testamentos con total naturalidad. Teniendo en cuenta que casi toda nuestra vida está también online, parece bastante lógico querer dejar todo preparado para el día en el que ya no estemos.
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Anna Pellow
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