Tu blog: tu marca personal
Las personas, al igual que las empresas, podemos conformar una marca en función de nuestra actividad en las redes sociales, en especial dependiendo del tipo de gente e instituciones a las que sigamos. Existen distintos factores a tener en cuenta para desarrollar esta marca personal, pero esto ya os lo contamos en otra ocasión.
Ahora bien, ¿cómo podemos conseguir exportar al mundo nuestra marca personal más sincera? Cuando hablamos de este asunto en el artículo anterior, ya se hizo mención a distintas maneras de construir esta marca, como a través de la fotografía; pero también puedes «posicionarte» a través de la música, el cine y la palabra pura dura, esto es, a través de los blogs (también conocidos como bitácoras) como herramienta para verter todo cuanto sepas de un tema en particular.
Pero claro, ¿es necesario ser un experto en un tema para tener algo que contar? Si nos centramos en la bitácoras, existen profesionales que escriben centrándose en un área de conocimiento, cuyas aportaciones van a divulgar por Internet después. Esa es una de las funciones de tener un blog, pero también podemos recurrir a estos espacios de la red de redes para tratar asuntos que nos preocupan y que pensamos que podrían interesar a alguien más.
Una manera de empezar un blog personal puede basarse en el área de conocimiento con el que estés más a gusto. Pero si queremos que sirva como reflejo de nuestra marca personal, podemos escribir contenido que refleje nuestra manera de pensar. Puede estar relacionado con un área del conocimiento sobre el que nos guste opinar: política, economía, ciencia…
Con un poco de suerte, nuestras publicaciones atraerán la atención de otros que quieran comentar sobre lo que has escrito, e incluso darnos su visión del asunto. A lo mejor hasta te hacen una réplica desde su propio blog, desde su marca personal.
La mecánica de un blog como herramienta personal no difiere mucho de cualquier otro tipo de blog, con la diferencia de que aquí estaríamos haciendo uso de la bitácora como algo a medio camino entre una columna de opinión, que es muy difícil que nos publique un medio, y un post de Facebook, donde si escribimos demasiado, lo más probable es que nadie nos lea hasta el final.
La tecnología nos ofrece herramientas que facilitan la gestión de la marca personal. Además, lo que escribimos por la red de redes lo puede leer cualquiera, así que, si estamos convencidos de lo que pensamos y creemos que podría ser interesante para el resto, nunca está de más contarlo. Con suerte recibiremos críticas de nuestras ideas, de nuestra forma de pensar; en definitiva, de la marca que hemos creado para definirnos en el mundo virtual.
Antaño, el conocimiento estaba al alcance de sólo unos pocos. Internet ha supuesto-quizá-la mayor democratización del saber y del intercambio de ideas entre personas. Cuanto decimos en las redes sociales queda registrado para siempre en los anales del ciberespacio. Pero ante esta circunstancia, en lugar de temer que la NSA nos esté espiando, quizá deberíamos aprovechar esta oportunidad para demostrar que el saber es libre, y las opiniones también.
Así que, si piensas que todo esto que se habla ahora de la marca personal y del “otro yo” que todos tenemos en Internet no es relevante, piénsatelo dos veces. Puedes sacar mucho provecho de quién eres y de lo que sabes, y eso lo puedes reflejar en la red de redes. No gustarás a todos, pero este es un hecho tan real como la vida misma. Basta con que le gustes a las personas adecuadas. Nunca sabes a dónde pueden llevarte las palabras…
No te lo pienses dos veces. Coge el bolígrafo (o el teclado) y empieza a escribir tu blog. Quizá hasta te sorprendas de lo mucho que tenías que decir.
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